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La dignidad ¿¡es el salario!?

«La dignidad es el salario», este es el nuevo lema de la federación de servicios públicos de un conocido y centenario sindicato. Parece decir «todo sea por un salario», no hay dignidad más allá de tener un empleo remunerado, somos el sindicato de la esclavitud. Tú, empresaurio, paga salarios que yo mantendré a los «gorilas» amaestrados.

Y lo cierto es que así estamos también en Telefónica, con una campaña sin parangón en los últimos años, los sindicatos del sistema piden una prórroga desde el convencimiento que es la mejor alternativa de futuro que pueden ofrecer a la plantilla. Un discurso a la medida de la dirección de Telefónica que ve como el adversario en la próxima negociación se arrodilla antes de empezar, que no le va a pedir nada a cambio de 7 años de sacrificios, que no quiere un cacho en el pastel de los enormes beneficios de la multinacional pidiendo más empleo, reducción de la jornada, convenio del sector que termine con la precariedad, reconocimiento de nuestra carrera profesional, mejora de nuestro sistema de previsión… se conforma con no ganar nada una vez más, de perder lo justo para que el gallinero no se sienta demasiado explotado –y ya hemos perdido la cuenta de los años en los que en la negociación colectiva lográbamos ganar derechos.
141111_DignidadNo es de extrañar que con los sindicatos del sistema en la picota y los partidos políticos ocupados en que no se hunda su barco, la patronal se atreva a pedir eliminar gasto público, subida de los impuestos indirectos –los que pagamos todas al consumir–,concentración de empresas, mayor flexibilidad laboral –ahora la geográfica–, mas privatizaciones, nuevas rebajas fiscales a las empresas, cambios legislativos para atraer empresas que exploten nuestros recursos… y ahora con los tratados de libre comercio lo tendrán a huevo, sus empresas –las multinacionales, grandes fortunas, banca y fondos de inversión– serán las que van a condicionar la legislación de los países, todo a beneficio de las empresas y el gran capital, no importa que para ello deban empobrecer a cientos de millones de personas, qué más da si se limita la soberanía de las naciones o desaparecen los derechos laborales y las leyes medioambientales a ambos lados del Atlántico.
Dignidad es concentrarse por la readmisión de los compañeros despedidos en Zaragoza, digna es la lucha de las contratas por terminar con la precariedad Laboral, dignos los cinco meses de huelga de los operadores de comunicaciones en Tenerife contra la aplicación abusiva de las disponibilidades… a pesar de los sindicatos del sistema que no han apoyado ninguna de estas movilizaciones.
Defender que la dignidad reside en el salario, renunciando a recuperar los derechos que hemos perdido como clase es ponerse del bando del capitalismo que nos oprime y si queremos cambiar las cosas deberemos hacer algo distinto, no elegir a un sindicalismo que se rinde.
Cualquier resistencia a las pretensiones de la empresa, que prescinde de todo lo que no le resulta productivo, por parte de quienes lo sufrimos, es construir sindicalismo desde la base y recuperar espacios de dignidad en un entorno cada día mas hostil.
COMUNICADO PARA IMPRIMIR.